miércoles, 10 de febrero de 2010

Fuente de esperanza

Lc 6,20   Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: "¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!"

Mucha gente sabe que en Dios puede confiar, y lo pregona, y muchas veces lo he visto pregonar imponiéndolo, sin tener en cuenta lo que le pasa al que necesita poder confiar y no puede.
La confianza, la esperanza, no se imponen, porque es un sentimiento personal, o nace en uno, o no está.
Confiar y esperar en Dios implica haber dado pasos interiores.
Sólo los niños o los que tienen alma de niños, inocencia, candor, simplicidad, sencillez, pueden confiar y esperar fácilmente en alguien que no conocen. Y, muchas veces, para llegar a conocer a Dios, hace falta superar muchos ídolos, muchos monstruos que se nos interpusieron entre Dios y nosotros, que nos estafaron, que nos dañaron, que nos hirieron, que nos humillaron...
Por eso, en muchos, es necesario pasar primero por un proceso de sanación, de purificación del "rostro" de Dios. Proceso que sane las heridas de los que prometieron y no cumplieron, de los que abusaron de su autoridad, de los que infundieron tanto miedo que paralizaron, de los que humillaron de tal manera que quebraron, de los que ejercieron tal violencia que mataron.
Dios grita en Jesús mostrando su verdadero rostro, el generoso, el compasivo, el fuerte que defiende al débil, el rostro del amor, que se hace realidad en el Reino, cuando Dios es reconocido en su reinado y son aceptados su soberanía y su dominio. El dominio de Dios es liberador de los pobres.
Cuando se hable de Dios y se anime a la confianza, hay que anunciar la verdad de este Dios que se da todo, a todos, pero que exige ser pobres ante él, porque quien no se hace pobre, quien no deja de poner su esperanza en los hombres o en los proyectos humanos, en las fuerzas humanas, en las palabras humanas, pierde todo. Y ese todo se llama Reino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto si soy pobre o me creo rica por todas las posibilidades que tengo, porque toda mi vida està en orden, porque soy inteligente,y asì voy poniendo mi confianza en mì, en mis seguridades y no en Dios.Me siento tan segura en mi y desde mi que prescindo de Dios desde mi corazòn aunque lo diga de la boca para afuera.
Pero hay de mi! si no decido vivir en humildad porque peligro perderme el Reino.
Vivir en humildad es vivir necesitada,muchas veces en la inseguridad, vivir en entrega confiada y escucha a Dios, dispuesta a que Dios me rompa mis planes, proyectos.
Es un camino,un desafìo, es decidir desde mì, desde adentro, si me interesa alcanzar mi salvaciòn.

Anónimo dijo...

A lo largo de los años siempre creí tener una esperanza y una confianza en Dios inquebrantable.
Pero es cierto que muchas veces mi confianza sonaba infantil, ante dudas que me expresaban mis amigos.
Pero no he dejado que esas dudas cuestionaran mi esperanza y confianza infantil, con lo cual no ha crecido mi esperanza, ni mi confianza.
Hoy siento que he sido manipulada, humillada, atemorizada por personas que tenían autoridad sobre mí, personas a quien yo misma había dado autoridad sobre mí.
Estas personas lo hicieron desde su ignorancia, repitiendo actitudes recibidas de sus padres, o también lo hicieron por ansias de poder, por falta de valor en si mismos.
Este es mi momento de sanar esas heridas que tenía tapadas y que infantilmente no me han dejado crecer en el conocimiento y amor a Dios.
Mi experiencia en el conocimiento y el amor humano es que necesito confiar y que la otra persona confíe en mí para que crezca ese conocimiento y amor.
Dios me conoce y me ama tal como soy, pero si yo no crezco en mi esperanza y mi confianza en Él, nunca llegaré a amarlo de verdad.
Y mientras mi soberbia me tape los ojos y los oídos a todo cuestionamiento estaré evitando crecer.
Señor mi Dios de Amor, te suplico que me ayudes a estar atenta a todo aquello en lo que tengo que crecer, a todos mis huecos y heridas que intento negar y tapar, porque sólo creciendo te amaré en plenitud y haré libremente tu Voluntad

Anónimo dijo...

en estas instancias de mi vida y en este punto de mi relacion con Dios, siento que quiero escribir algo, pero a la vez tambien siento en mi corazon que "tanta palabra" está de mas.no sé si hablar mas o leer mas sobre nuestra relacion con dios modifique mi fe, solo sé que El está: siempre,fielmente,amorosamente,y que la que tiene sus vaivenes en la relación soy yo. pero nunca he dejado de sentirlo a mi lado. no es mi fe lo que falla, es mi respuesta a esa fe, mi accionar como cristiano que muchas veces no está a la altura de las circunstancias.
la fe está, pido a dios me ilumine para que con mis acciones, sepa corresponder a esta fe, y ser, cada dia, mejor cristiana.
acá siempre se leen hermosos comentarios. dios nos permita "vivir" todo lo que escribimos.

Anónimo dijo...

creo que es importante, cuando tratamos de "transmitir" la fe, la confianza en Jesús, conocer a quien estamos hablando, o tratando de catequizar.
la palabra, si bien es una sola, se puede transmitir de diferentes maneras, por diferentes caminos, y si conocemos al hermano que tenemos enfrente nuestro, buscaremos el mejor camino para llegar a él.
no hay una única forma de bajar una catequesis y si realmente nos impporta que llegue al corazón de nuestros hermanos y nos esmeramos en conocerlos, buscaremos la forma de hacer que Jesús entre en el corazón de cada uno. no por merito nuestro sino porque él lo decide; nosotros solo debemos hacer lo posible para buscar la manera de darlo a conocer.
si realmente quiero a mi hermano no me conformo solo con decir: "yo cumplí con dar la catequesis" sino que me esmero en hacer que realmente llegue a su corazón, porque lo quiero, porque soy feliz si comienza a amar a jesús como yo lo amo.
el señor nos quiere realmente comprometidos en llevar su palabra a todos, especialmentente a los que están lejos de la luz.