sábado, 2 de enero de 2010

Cómo actúa la gracia de Dios

Carta de San Pablo a Tito 2, 11-14: Porque la gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado. Ella nos enseña a rechazar la impiedad y las concupiscencias del mundo, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús. El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno en la práctica del bien.

Enseña a rechazar la impiedad y las concupiscencias del mundo:
- la impiedad es el desprecio de Dios, la negación de Dios, vivir indiferentes a Él, dejar de reconocer que es Dios, y por lo tanto el que tiene todo el poder y la gloria.
- las concupiscencias son los deseos, deseos que nos desordenan, porque no son deseos de lo que nos hace más imagen de Dios, son los deseos de las apetencias del hombre egoísta, los deseos del instinto animal sumados a los deseos del egoísmo exacerbado y malicioso. Son los deseos del hombre "viejo" al modo de decir de san Pablo.

La gracia de Dios nos otorga ese don. Señor, danos esa gracia para que seamos libres de lo que nos aleja de ti, para que seamos libres para unirnos por siempre a ti.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gratuitamente, por pura gracia de Dios, se ha manifestado la Palabra de Dios hecha carne que es Jesucristo.
El ya se entregó por mi salvación. Mi respuesta es aceptarla.
Por eso Señor te pido cada día que me muestres que tengo que cambiar, que tengo que purificar, cuales son mis errores y pecados.
Confío en tu gran Amor, para que me libres de toda atadura y esclavitud de los ídolos del mundo de hoy, especialmente de esas sutiles ideas de que conseguiré la paz y la alegría corriendo al compás del espíritu del mundo.
Quiero llenarme de tu Espíritu para llegar a la plenitud a la que me llamas.
Quiero ser tu hija que hace tu Voluntad y pertenece a tu pueblo, al Pueblo de Dios.