viernes, 1 de enero de 2010

Consolar al pueblo

Is 40, 1: "¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo, dice su Dios!"

Me he preguntado muchas veces por qué en esta época parece que ni los creyentes se dejan consolar por Dios.
Al intentar hablar al corazón del pueblo creyente de hoy nos chocamos con que el pueblo está distraído, sordo, adormecido, confundido, débil, embotado, encandilado. Distraído por las preocupaciones de la vida, las económicas, la búsqueda de popularidad, las ambiciones de tener y poder comprar... Sordo, porque vive envuelto en música estridente, y le asusta el silencio... Adormecido, porque no duerme, porque no descansa, porque no repone sus fuerzas, porque sólo se divierte pero no se recrea... Confundido porque no ve clara la verdad, porque se cree cualquier cosa que le dicen, porque no tiene juicio crítico, pero sí un gran  apego a criticonear todo, a mostrarse disidente con todo lo que tenga autoridad real, casi por deporte... Débil, porque al no afirmarse en la verdad, sino en lo que es popular, lo que dice la mayoría o el más prepotente, o lo que la internet o la televisión dice, no sabe luchar, no sabe aguantar, no sabe soportar nada porque no tiene convicciones propias, no tiene convencimientos basados en la verdad y el bien... Embotado porque tiene tantas imágenes, tantas sensaciones, tantos estímulos visuales, sensoriales, emocionales, y llega a confundir esas sensaciones con los verdaderos actos de fe... Encandilado, porque se traga tantas luces falsas que no ve la luz verdadera...
Es tan difícil hablar hoy al corazón del pueblo...


¿Cómo quieres, Señor, que consuele a tu Pueblo hoy? Si quiero hablar al pueblo en general, no alcanza el tiempo que conceden. Si quiero hablar con cada uno, ¿cuánto tiempo me dará? No puedo solo, y es gracia tuya concederle al pueblo el deseo de estar contigo, de escucharte y de creerte. Haz que te busque, Dios bueno, porque te necesitamos y sin ti no podríamos buscarte y menos encontrarte.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, ¿cómo Señor consolar a tu pueblo?,somos hoy un pueblo casi ciego y sordo...un pueblo, que sufre por las tinieblas reinantes que saben muy bien disfrazarse de luces falsas. Pero somos un pueblo donde también se teme a la Luz verdadera.
¿Por qué Señor, si se la necesita tanto? ¿por qué los que tenemos la gracia enorme de saber que la Luz de la Verdad, libera, fortalece, da vida, da esperanza, permite vivir el Amor...muchas veces y con gran frecuencia no nos atrevemos a manifestarlo y mostrarlo a los demás?. ¿Por qué tanto miedo a mirarnos en nuestra realidad, sea cual fuere, sabiendo que sólo así podemos cambiar nuestro rumbo? .
El hombre hoy emprende tantos desafíos con sacrificios tremendos y peligrosos, pone en peligro su vida, su integridad física y emocional, se cubre con caretas, para mentirse a sí mismo y creer que eso le da felicidad. En realidad sólo provoca un gran movimiento de adrenalina para mantenerse en alto, pero eso no es duradero y aún es peligroso dado que ahora se ha descubierto que el exceso de adrenalina se convierte en una especie de droga encubierta que daña el sistema neuronal.
Si todos pudiesemos entender a tiempo, que es mejor y mucho mas saludable, quitarnos las caretas, enfrentarnos con nosotros mismos, ver como estamos y comenzar a cambiar lo que haya que cambiar y hacer crecer lo que esté bien. Cuanto nos ayudaría poder tener la humildad de compartir con otro y desde la escucha de La Palabra, ayudarnos a crecer, a encontrar soluciones hacia dentro nuestro, que es la única manera en que podemos aspirar a llevar ayuda y mensaje hacia afuera.
Que Dios y la Santísima Vírgen nos sacudan si es necesario, para que despertemos y abramos los ojos y los oídos.

Anónimo dijo...

Siento que es la realidad de hoy.
El pueblo creyente tiene dioses que no son el verdadero Dios.
Y no se dá cuenta que sus ídolos esclavizan y no dan consuelo ni felicidad.
Les parece que lo que Dios propone será pesado y terminan cargando sobre sí piedras más pesadas, dolores más grandes.
Realmente no sé como y cuando despertará y verá su esclavitud a los ídolos modernos.
Cuando aceptará que Jesús ya nos salvó y que ofrece esa salvación al hombre de hoy.
Mientras tanto tratemos de mantenernos aceptando la salvación que el Padre nos ofrece a través de Jesús, permitamos que el Espíritu Santo nos inspire a crecer, dejemonos consolar y Dios irá mostrando el camino al corazón del pueblo.

Anónimo dijo...

es una perfecta y real descripción de lo que sucede hoy en la sociedad, en nuestra sociedad, entre nosotros, TODOS NOSOTROS.
y la pregunta que ud se hace es la misma que cada uno de los que pretendemos ayudar a nuestros hermanos se hace ,o mejor dicho, nos hacemos: cómo hago Señor? cual es el camino que debo tomar para llegar al corazón del otro con tu palabra?
Él, y solo Él podrá guiarnos.
Dios los bendiga siempre