viernes, 8 de enero de 2010

Renacer renovados.

" Él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. " Tito 3,5.

Por el sumergimiento, el adentramiento, el meterse bien dentro, incorporándose a Él, por incorporarlo a Él, por el "empaparse" del bautismo, la vida nos renace por el bautismo. La vida es Vida porque viene del Espíritu Santo, Señor y dador de Vida, renovándonos, porque necesitamos dejar de ser hombres viejos. 
La renovación es fuerza nueva, pero es más que nueva energía, es una vida que nace y nos hace renacer a nosotros que ya existíamos, pero que estábamos sin la vida de Dios, muertos que necesitábamos que nuestros huesos fueron revivificados, como la imagen de Ezequiel.
Renacer renovados fue el regalo que Jesús nos dio, porque nos hizo pasar por el Espíritu y el fuego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Salvar, renacer, renovar son las tres acciones que Dios hace por nosotros y en nosotros.

"Él nos salvó" asegura la Palabra y creerla es la base firme para una vida cristiana sin miedos. Estamos seguros que Jesús ya nos salvó y que esa salvación se nos ofrece para que la aceptemos y la vivamos.

Dios nos ama con infinito amor, con ternura personal.
En el instante en que comenzó nuestra vida humana recibimos de Dios el regalo de nuestra alma creada para nosotros, y nuestro cuerpo que en un principio fué creado para los primeros padres con capacidad para trasmitirlo a las futuras generaciones. Allí comenzó nuestra vida humana, un regalo que siempre debemos agradecer a Dios. Pertenecemos a la familia humana. Crecemos humanamente. Heredamos de toda la humanidad.
Renacer por el bautismo es comenzar a vivir la vida de los hijos de Dios, es aceptar la salvación realizada por Jesucristo, es la posibilidad de estar y ser del Reino, de pertenecer al mismo cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Es una nueva vida. Pertenecemos a una nueva familia. Podemos crecer en esta nueva vida, podemos trabajar en el Reino, podemos relacionarnos con Dios y con toda la familia de hijos de Dios. Heredamos el Reino.

Las células de nuestro cuerpo estan renovandose constantemente, desde nuestras uñas y nuestro pelo, a los que vemos crecer, hasta las células más interiores que no vemos ni sentimos, pero que si dejan de renovarse producirán alguna falla en nuestro cuerpo.
Del mismo modo en nuestra vida de hijos de Dios debemos renovarnos, hacernos nuevos, y el Espíritu Santo es quien nos renueva.

Si yo dejara voluntariamente de comer por un largo tiempo estaría condenando a mi cuerpo a la muerte.
De la misma forma negarme a la acción del Espíritu Santo (esto es cada pecado), no ser dócil a la voluntad de Dios, es una condena voluntariamente elegida.
Pero hemos sido llamados a la vida y como adultos somos responsables de cuidarla, de hacerla crecer, de no autoagredirnos.
Y, aunque Jesucristo ya nos salvó, hemos renacido por el bautismo y el Espíritu nos renueva constantemente, la elección de aceptar todos estos regalos es nuestra.
La opción de agradecer a Dios por tanto amor también.
¡¡¡ Bendito sea Dios que nos ha amado, nos ama y nos amará siempre !!!!

Anónimo dijo...

Jesùs nos salvò,pero nos deja libres para que aceptemos o no su salvaciòn y la disfrutemos.
Para que elijamos renovarnos y renacer como hombres nuevos.
El pecado, las heridas,resentimientos, rencores, miedos, nos hacen vivir como muertos, no nos dejan ser nosotros mismos, nos dañamos y dañamos a los demàs.
¿Me dejo renovar por Dios? ¿Busco la vida en Dios y de Dios o voy detràs de falsos dioses?